Sí, beber demasiada agua promueve una disolución de los electrolitos en la sangre (sodio, potasio y cloro), que a su vez ocasiona la reducción de su concentración en la sangre, causando trastornos como hiponatremia e hipopotasemia. Estas alteraciones pueden causar náuseas, vómitos, calambres, dolor de cabeza, confusión mental y, en casos más graves, convulsiones, edema agudo de pulmón y muerte.
Algunas personas sufren de una enfermedad psiquiátrica conocida como potomanía (manía de beber agua) y necesitan tratamiento para detener su adicción.
Sin embargo, durante la práctica de ejercicio y en otras situaciones cotidianas la cantidad necesaria de agua continúa siendo objetivo de discusiones y estudios, aunque, en teoría, para las personas jóvenes y saludables el mecanismo de sed (guiado por el sistema nervioso central) es suficiente para indicar la cantidad de agua necesaria que debe ingerirse para reponer las pérdidas y mantener una buena hidratación.
Consulte a un médico para saber más sobre la cantidad adecuada de ingesta de agua diaria.
Última actualización el 12 de Abril de 2018 a las 08:22 pm.